
El peregrino chamamecero confirmó a época que no cabalgará junto a la imagen de la Virgen durante la apertura oficial de la máxima celebración. "El tiempo y el cuerpo ya me pasan factura", dijo el curuzucuateño quien padece la enfermedad de Parkinson.
Su fe es inquebrantable y sólo escucharlo unos segundos uno puede percibir el amor y la pasión que tiene Alfredo Ellero por la virgen de Itatí. El promesero chamamecero que en los últimos 18 años fue el portador a caballo de la imagen peregrina para la apertura oficial de la Fiesta Nacional del Chamamé, en esta edición se "baja del caballo".
Desde el 2005, recorre 50 metros a caballo desde el acceso del anfiteatro hasta el escenario "Osvaldo Sosa Cordero" para que la "patrona del chamamé" presida y bendiga cada una de las diez noches de la fiesta. "Este año me bajo del caballo, el tiempo y el cuerpo me pasan factura, ya no puedo levantar la imagen de la virgen de Itatí en alto por culpa del Parkinson", expresó con lágrimas en los ojos el peregrino oriundo de Curuzú Cuatiá en diálogo con época.
"Me duele tanto el cuerpo pero ahora también el alma, no poder ser el portador va a ser muy doloroso para mí después de 18 años", dijo el promesero chamamecero de 78 años. Sin embargo aseguró que ya tiene quien pueda cubrir su espacio, "busqué a alguien que sea sangre de mi sangre", confesó en referencia a su amigo Juan José "Apo" Torres, policía de Riachuelo. A esto agregó que "yo intentaré estar en el escenario al menos para poder recibirla", dijo Ellero.
Su profunda devoción por la "madre de los correntinos" nació luego de que en febrero de 1995 protagonizara un accidente en Entre Ríos que lo dejó en brazos de la muerte. "Ella se apareció en mi pecho y me sacó del cajón en la morgue de Gualeguaychú", contó el peregrino en numerosas oportunidades. Desde entonces pasó 28 años de su vida cabalgando con la imagen de la virgen de Itatí, más de 35 mil kilómetros recorriendo el país de punta a punta.
Entre tantas travesías unió siete basílicas con la de Itatí, sólo al monte de su caballo. "Uní la basílica de Itatí con Caá Cupé, luego con la de Lujan, la Basílica de la virgen del Milagro en Salta, con Nuestra Señora del Rosario en Buenos Aires, con la Virgen de La Merced en Tucumán y la Virgen del Carmen en Puerto Iguazú", recordó Ellero quien agradeció a la par la generosidad de "Tuchi" Matho Garat y Josefina Meabe quienes le obsequiaron caballos durante este tiempo. Así pasaron compañero equinos como "Chake Guembé" (que significa, según él, cuidado la suegra), "Facón", y el último "El Duke", entre otros.
Su aferrada fe le permitió sortear cuatro intervenciones quirúrgicas para extirpar cáncer de riñón, próstata, colon y el último en la cabeza. Esto, sumado a las caídas del caballo que le provocaron en dos oportunidades fracturas, una de cadera, otra dos costillas; además el Parkinson, que limita su posibilidad de cabalgar y por ello la decisión de ceder el lugar a una persona que pueda continuar con el legado. "Sólo deseo, con todo mi corazón, que la virgen de Itatí siga presidiendo la Fiesta Nacional del Chamamé", expresó Ellero como una plegaria para que este acto de fe y tradición permanezca para siempre.
FUENTE: DIARIO EPOCA








